La iglesia de Santa María la Real es un ejemplo muy refinado del gótico navarro; en su interior se celebra la ceremonia más grandiosa de la corte.

En el frente hay un atrio original sin arcos góticos, y su apariencia muestra la influencia del estudio parisino. Sus iconos y colorido original, restaurado tras la restauración, te llevarán a escenas bíblicas como la Anunciación de María, el nacimiento de Jesús o una huida a Egipto. A ambos lados de la puerta hay relieves de la vida del apóstol enmarcados por arcos.

Otro elemento destacado es el segundo gran rosetón de arco apuntado. Sus coloridos mosaicos forman patrones geométricos abstractos que podrás apreciar mejor al entrar al barco.

En el interior, el retablo renacentista está presidido por la escultura gótica de la Virgen y la imagen del Cristo benévolo, en la que se deja sentir la influencia de la pintura flamenca e italiana, así como la vida de la Virgen y Jesús.