¿Vivir en cuevas? ¿Trogloditas en Lodosa? ¿Hace miles de años?….No hijo (o hija), no. Tus propios abuelos lodosanos vivían en cuevas hace 50 años. Y, aunque con cánones diferentes de lo que hoy llamaríamos Estado de Bienestar, gozaban de cierta confortabilidad -como la climatización- que hoy se imita en la energía geotérmica, o se convierte en alternativa turística.

Sostenemos  que Lodosa goza de la mejor Calidad de Vida de la Ribera de Navarra. Pero no debemos olvidar nuestros propios orígenes, para que apreciemos nuestro desarrollo. Y ponemos nuestro granito de arena al recordar este modo de vida, y apoyando la iniciativa del Ayuntamiento para la rehabilitación de las cuevas para enseñarlas.

¿Vivir en cuevas? ¿Trogloditas en Lodosa? ¿Hace miles de años?....No hijo (o hija), no. Tus propios abuelos lodosanos vivían en cuevas hace 50 años. Y, aunque con cánones diferentes de lo que hoy llamaríamos Estado de Bienestar, gozaban de cierta confortabilidad -como la climatización- que hoy se imita en la energía geotérmica, o se convierte en alternativa turística

Fachada de una cueva habitable de Lodosa

La Peña es la retaguardia de Lodosa. Es la espalda de un pueblo que siempre miró al Ebro para desarrollarse. La Peña, donde arranca Lodosa, es  un lugar repleto de cuevas artificiales, donde llegaron a habitar cerca más de 200 familias hasta la década de los sesenta del siglo pasado. Aquel año las lluvias del otoño de 1961 obligaron a desalojarlas por peligro a quedar sepultadas, y con ellas se bloqueó casi totalmente el cobijo en este tipo de arquitectura subterránea que se propagó por la

península con la conquista árabe al derivar de la tradición bereber del norte de África. Baste recordar que a esos «ojos» que agujerean el centro de la Peña se les llama «las casetillas de los moros»  ¿Memoria histórica? Sugerimos a lectores estudiosos que nos indiquen el origen de este nombre.

La cueva tipo consta de una explanada o  «plazoleta» en su frente y una fachada de arena, roca de yeso o muro de piedra  orientada, siempre que sea posible, al sur.

De la entrada parte una galería llamada  «caño» que forma el eje de distribución de las habitaciones; generalmente la cocina a la  derecha y la habitación principal a la izquierda,   ambas con ventana a la fachada, más al interior los dormitorios y al final los graneros, almacenes, y cuadras para los animales, como burros, gallinas, etc. Al fondo del «caño» a modo de pozo o chimenea de dos o tres metros de diámetro, se halla la  «nevera», elemento autóctono que actúa como extractor de olores, ventila la cueva e ilumina otras pequeñas cuevas destinadas a los animales. Sobre la fachada una zanja inclinada o «quintana» encauzaba el agua de lluvia protegiendo la cueva.

Las cuevas conservan todo el año una temperatura alrededor de 18 ºC, son secas e higiénicas  ya que se encalaban con frecuencia.

Este tipo de arquitectura subterránea sana, económica y ecológica, practicada por el hombre desde el neolítico a lo largo de todas las épocas históricas y en todos los continentes, mantiene su vigencia en la actualidad.

En Lodosa, comenzaron a aparecer a primeros del siglo XIX y en 1934 llegaron a ser 220. Cerradas hoy muchas de ellas y convertidas otras en almacenes, merenderos o perreras, la voluntad del departamento de Turismo del Gobierno de Navarra hizo que en el año 2007 se abriera la puerta a la rehabilitación. La cueva propiedad de los hermanos Duque es un ejemplo (ver vídeo)

«Se perciben las marcas del pico. Era un trabajo muy arduo. Una construcción muy inteligente. Nada de humedad y una temperatura constante de 18 grados», comentó. De esta agradable sensación térmica se acuerda. De niños se metían por sus recovecos. Jugaban al escondite. «Y también cogíamos pulgas, pero nos gustaba estar. Ahí no teníamos que dar explicaciones a nadie de lo que hacíamos e íbamos siempre, fuera invierno o verano», indicó Duque. Su abuelo Manuel Martínez Vergara nació en una de ellas. «A mí no me tocó vivirlo, claro, y tampoco solía contar él mucho de su estancia. No por el sitio, sino más bien por la etapa histórica de la Guerra Civil que le tocó vivir allí».

Hermanos Duque

 

LA SALIDA DEL FIN SE SEMANA

Abiertas a visitas

Ahora, los propios hermanos Duque permiten la visita a la suya, la mayoría son de propiedad privada, tan solo llamando al teléfono que facilitan en la misma puerta.