En las entrañas de las cuencas prepirenaicas y dando paso a la Zona Media de Navarra, se instala esta villa, que se encuentra a 28 kilómetros de Pamplona. Un noble puente medieval de cuatro ojos, el de Bidelepu, es testigo del discurrir de las aguas del río Irati que baja de los Pirineos.
En el centro histórico de Aoiz, amurallado hasta el siglo XVI, observamos muestras de mansiones de sillar, algunas blasonadas, con portadas apuntadas, dinteles de madera y ventanas barrocas.
Entre todas, cabe resaltar la casa de los Argamasilla de la Cerda, construcción de corte renacentista con planta en forma de L. Frente a este palacio, en un extremo del municipio, se alza imponente la iglesia de San Miguel, en la que sobresale su magnífico retablo mayor, una pila bautismal románica y dos obras de Juan de Anchieta: la imagen de la Virgen con el Niño y el Crucificado.