La llegada de la Cuaresma viene precedida, desde mediados del mes de enero, por la celebración del Carnaval, fiesta que aúna magia, danza y tradición, especialmente en la mitad norte de Navarra. Una cita imprescindible para quienes quieran conocer la Navarra más auténtica.

 

Si bien la mayoría de los actos festivos del carnaval rural en Navarra se celebran en los tres días anteriores al Miércoles de Ceniza (1 de marzo), varias localidades adelantan su homenaje a Don Carnal. Uitzi y Leitza son las localidades navarras más madrugadoras a la hora de celebrar el carnaval, junto con Beruete y Eratsun, que cada año celebran esta fiesta pagana con pasacalles de disfraces que derrochan imaginación y alegría. Aquí el carnaval de adelanta a la segunda y tercera semana se enero. Sunbilla, con su tradicional desfile de carrozas y disfraces por carnaval (29 de enero), tomará el relevo el fin de semana del 28 de enero, al igual que la localidad de Areso.

Ituren y Zubieta (30 y 31 de enero) cuentan con unos carnavales declarados Bien de Interés Cultural donde los Zanpantzar tratan de ahuyentar a los malos espíritus y proteger los campos con un vistoso y sonoro desfile que cada año atrae a más visitantes. Se trata de una comparsa de Ioaldunak formada por vecinos de ambos pueblos ataviados con una gran pelliza de oveja, picudos gorros multicolores, dos grandes cencerros sobre sus riñones, abarcas, enaguas de puntillas, pañuelos de colores en el cuello, y un hisopo de crines de caballo. El lunes (30 de enero) los Ioaldunak de Zubieta des?lan hasta Ituren y el martes (31 de enero), los de Ituren devuelven la visita a los de Zubieta.

Las celebraciones son muy variadas ya que cada pueblo cuenta con su propia tradición. En el caso de Arantza (9 al 11 de febrero) los Mozorroak-zuriak vestidos de blanco, lucen en la espalda pompones de colores. En Bera (23 al 27 de febrero) mujeres y hombres intercambian sus papeles para vestirse de pastores y nodrizas (iñudeak eta artziak) respectivamente. También el carnaval de Lesaka (26 de febrero) cuenta con unos peculiares personajes: los Zakuzaharrak, una comitiva de hombres con la cara cubierta y vestidos con sacos de hierba seca. Les acompañan las Mairuak (mujeres con sombreros de los que cuelgan tiras) y los Goitarras (vestidos de blanco, boina y jersey rojo con cascabeles). En Arizkun (28 de febrero) es el Hartza (oso) quien baja de las montañas para asustar a los niños.

También los archiconocidos carnavales de Lantz están considerados Bien de Interés Cultural. En esta localidad, el bien y el mal se enfrentan en una batalla simbólica. El protagonista es el bandido Miel Otxin, un gigante de tres metros de altura vestido con vivos colores al que se captura, juzga y quema en la hoguera la tarde del martes de Carnaval (28 de febrero). Mientras, los Txatxos que increpan con sus alaridos a los visitantes, y el Zaldiko que se abalanzará sobre Ziripot, figura embutida en un saco relleno de heno y con la cabeza cubierta con harapos.

La fiesta en Unanua (28 de febrero) corre a cargo de los Mamuxarros, provistos con sus caretas metálicas y sus varas para asustar a quien se cruce en su camino. Y como llegados de la prehistoria, los Momotxorros salen por las calles de Altsasu/Alsasua (28 de febrero) portando enormes cornamentas y cubiertos por una sábana blanca manchada de sangre.